EUROPA
PRESS
4 marzo
2020
Obesidad
vs sobrepeso: conoce las diferencias, aunque ambas son un problema de salud
La Organización Mundial de la Salud
(OMS) advierte: La obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel
mundial, y cada año mueren, como mínimo, 2,8 millones de personas a causa de la
obesidad o del sobrepeso.
Hoy Día Mundial contra la Obesidad hay que recordar que
España no escapa del problema y en la actualidad "es una sociedad obesogénica", según afirma el doctor Francisco Tinahones, presidente de la Sociedad Española de Obesidad
(SEEDO-SEO), quien precisa en una entrevista con Infosalus
que en torno a un 20-25% de la población española presenta obesidad, mientras
que un 30-35% sobrepreso, independientemente del
sexo.
Además, señala que en los menores de 50 la obesidad y el
sobrepeso son más prevalentes en los hombres, pero por encima de esa edad la
tasa de obesidad la superan las mujeres. "En adultos, además, hay que
lamentar que se siguen incrementando los índices de sobrepeso y de obesidad",
avisa el especialista. El experto llama la atención también sobre la tasa de
obesidad infantil española, "de las más altas de Europa", aunque
celebra que haya cierto estancamiento, y que estas cifras no se hayan seguido
incrementando.
¿Cómo diferenciar obesidad de sobrepeso? La OMS aclara que
el sobrepeso y la obesidad se definen como una "acumulación anormal o
excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud". Para poder
medirlas y clasificar a las personas de acuerdo con estos parámetros se emplea
lo que se conoce como 'Índice de Masa Corporal o IMC', el peso en kilogramos
dividido por el cuadrado de la talla en metros (kg/m2).
En este sentido, el presidente de la SEEDO-SEO señala que si
el IMC está por debajo de 25 no hay obesidad, ni sobrepeso; si se encuentra
entre 25 y 30 hay sobrepeso; y si el IMC se sitúa por encima de 30 la persona
tiene obesidad. Ahora bien, es una regla general que no puede aplicarse a todo
el mundo porque, según pone de ejemplo, previsiblemente a un culturista le
salga el IMC de persona obesa, cuando realmente no lo está.
¿Conllevan el mismo riesgo para la salud? El doctor Tinahones indica que se puede considerar al sobrepeso como
al "estadio previo" a la obesidad y, entre otras diferencias,
menciona que las personas con sobrepeso sí presentan más riesgos para la salud
que la población con normopeso, pero no tan graves
como los que pueden padecer por regla general las personas obesas. "Las
personas con sobrepeso no tienen tan incrementado el riesgo de tener determinadas
enfermedades como la diabetes, la hipertensión, alteraciones de los lípidos en
sangre, por ejemplo, aunque sí tienen un mayor riesgo que quienes se encuentran
en su normopeso", advierte.
En concreto, cita que hay una "enorme cantidad" de
patologías asociadas con la obesidad y con el sobrepeso y, por ejemplo,
determinados tipos de cáncer son muy prevalentes en los casos de obesidad, como
podría ser el cáncer de útero, o todos los cánceres del tubo digestivo; también
son más prevalentes las patologías respiratorias; entre otras también estos
pacientes suelen presentar el síndrome de la apnea del sueño, así como grasa en
el hígado, que puede llegar a producir una cirrosis en última instancia.
Otro riesgo que conlleva la obesidad para la salud es que disminuye
la fertilidad, ésta es más baja en sujetos con obesidad frente a sujetos con normopeso; a la vez que las personas con obesidad tienden a
presentar problemas articulares, ya que siempre un exceso de peso provoca un
desgaste mayor de las articulaciones y que a la larga aparezcan problemas
degenerativos; los problemas circulatorios son también más frecuentes en estos
casos, como por ejemplo las varices. "No habría diabetes tipo II si no
hubiera obesidad", zanja el especialista.
¿Cómo podemos
combatirlos?
La OMS indica que la obesidad suele ser el resultado de un
desequilibrio entre las calorías ingeridas y las calorías gastadas: "El
aumento del consumo de alimentos muy ricos en calorías, sin un aumento
proporcional de la actividad física, produce un aumento de peso. La disminución
de la actividad física produce igualmente un desequilibrio energético que
desemboca en el aumento de peso".
A juicio del presidente de la SEEDO-SEO la mejor herramienta
es siempre la prevención puesto que "luego combatirlo es más
difícil", de forma que el normopeso no suba a
sobrepeso, y éste a su vez en la obesidad.
"Una vez que hay obesidad, volver al peso ideal no es
fácil porque los fármacos que hay hoy día no están financiados y son caros, el
cambio de estilo de vida tiene que ser mantenido durante mucho tiempo y además,
generalmente la adherencia del paciente a una dieta hipocalórica suele fallar.
Las herramientas que tenemos no son buenas, pero cualquier sujeto que cambie de
estilo de vida, a uno saludable, y de forma permanente, adelgazara",
concluye Tinahones.
La OMS en este sentido ve clave el apoyo de la comunidad y
del entorno, a la hora de que cambien las elecciones personales de la persona y
se evite la obesidad. Además, el organismo sanitario más importante a nivel
mundial sostiene que una dieta saludable puede contribuir a prevenir la
obesidad, y por ello dice que se puede mantener un peso saludable, reducir la
ingesta total de grasas y sustituir las grasas saturadas por las insaturadas,
así como aumentar el consumo de frutas, de hortalizas, de legumbres y de
cereales integrales, además de comer más frutos secos, o reducir la ingesta de
sal y de azúcar.
Por otro lado, mantiene que la actividad física regular
ayuda a mantener un cuerpo sano. "La realización de actividades físicas
habituales de intensidad moderada durante al menos 150 minutos a la semana
reducen el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes, y cáncer
de colon y de mama. El fortalecimiento muscular y los ejercicios de equilibrio
pueden reducir las caídas y mejorar la movilidad de las personas mayores. Para
reducir el peso puede ser necesaria una actividad más intensa", remarca.